“Lo
único que me queda es la memoria, y eso
no es bueno porque entonces me acuerdo de muchas cosas”, esto es uno de los
muchos aforismo que escuchaba Vida de un corazón roto.Vida Yovanovich, fotógrafa
cubana por nacimiento (aunque prácticamente ha vivido toda su vida en México),
nos ha mostrado su sensibilidad como artista gracias a su proyecto “la cárcel
de los sueños”. Afortunadamente tuve la
oportunidad de ver el trabajo que le llevó más de un año sobre lo que sucede
dentro de las paredes de un asilo. La soledad, la vejez, la monotonía, la
cotidianidad de la casa hogar era algo que le consternaba a Vida, sin
embargo poco a poco se fue dado cuenta
que lo único que hacia con su proyecto era sublimar el miedo que ella misma
tenía a lo que sus ojos veían y su corazón sentía sobre el futuro. Vida retrata
la realidad que pasa una vez que te conviertes en adulto (y niño al mismo
tiempo) puesto que a fin de cuentas terminamos en la misma condición con la que
venimos al mundo, “con falta de autosuficiencia”. Cada una de sus fotografías es
espontánea, con una profunda connotación, haciéndonos reflexionar sobre el
tiempo. Este proyecto duró más de un año y medio el que desgraciadamente tuvo
que interrumpirse porque la renta de la casa subió y tuvieron que mudarse a un
espacio más económico. Gracias vida por compartirnos tus miedos reflejados en
un arte puro y hermoso.
Autora de la primera cita mencionada |
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